“A partir de cierto punto no
hay retorno. Ese es el punto que hay que alcanzar”, escribió Franz Kafka.
El punto de no retorno es
ese punto en el camino a partir del cual volver atrás deja de ser una opción
frente a la de seguir adelante.
Considero que muy pocas
personas llegan a ese punto, más aún en la era del
facilismo en el que vivimos.
Sin embargo, si queremos conquistar, emprender, abrir un camino diferente para
nuestras vidas, no hay otra vía que comprometerse con aquello que visionamos.
Hernán Cortés lo hizo.
Inutilizó sus naves, barrenándolas. Su mensaje era claro: la retirada es
imposible.
“La retirada es imposible”,
señores. No hay escapatoria cuando nuestro futuro nos demanda o cuando una
causa nos exige. Los soldados que se alistan en las filas de un ejército lo
saben.
Se cuenta que Alejandro
Magno hizo quemar las naves de sus hombres. “La única posibilidad de volver a casa”,
expresó entonces, “es en las naves de nuestros enemigos”.
Me pasa a menudo que veo
personas hermosas, con tremendo potencial, titubeantes, manejando cientos de opciones,
pero permaneciendo en sus zonas de comodidad.
Nunca permitas que esto te
acontezca. Quema tu combustible, inutiliza tus naves, pero ve por aquello que
arde en tu corazón.
Es más tarde de lo que
piensas.