Una de las
cosas más difíciles de resistir es un buen ejemplo.
Vivimos en
un mundo de predicadores, no de ejecutadores; de opinólogos, no de
realizadores. El ciudadano medio está harto de la gente que profesa y no hace.
El mundo
está saturado de palabras y hambriento de ejemplos.
Me gusta
como lo expresa Catherine Aird: “Si no puedes ser un buen ejemplo, tendrás que
conformarte con ser una horrible advertencia”.
Un proverbio
suizo mete el dedo en la llaga en este asunto: Las palabras son enanos; los
ejemplos son gigantes.
En toda
circunstancia, tú puedes elegir entre los más fácil o lo más noble. Cuando
decides desde tu carácter y no desde el ego, tú siempre serás un ejemplo a
seguir.
Te conmino a
llevar una vida modélica. Te exhorto a sorprenderte en primer lugar a ti mismo.
Una de las
cosas más difíciles de resistir es un buen ejemplo. Vuélvete irresistible.