Tuesday, March 09, 2010

enséñanos a contar nuestros días


El Salmo 90, atribuido a Moisés, nos exhorta a contar nuestros días para traer sabiduría al corazón.

Personalmente considero esta escritura tremendamente necesaria para esta generación.

En este salmo, Moisés no sólo hace referencia a la brevedad de la vida, sino que nos da a entender que no todos nuestros días son contabilizados delante de Dios.

Por ejemplo, en la biblia se registra la suma de años en la genealogía de Set, pero no la de Caín.

Y es que para Dios, Caín no vivió, o al menos no en el propósito o en el registro de Dios.

Todos los días que hemos vivido lejos del Señor no entran en su registro. Incluso una vez que nacimos de nuevo, algunos de nuestros días tampoco cuentan.

Todas las veces que hemos vivido como necios no cuentan en el registro del Eterno.

El necio dice en su corazón que Dios no existe. Por lo tanto, su vida es un desperdicio.

Cada vez que nos hemos amargado hemos desperdiciado nuestros días.

Cada vez que hemos sido altivos, orgullosos, autosuficientes, hemos malgastado tiempo valioso.

Todas las veces que hemos actuado en nuestras fuerzas.

Todas las veces que hemos permanecido asustados, preocupados.

Todas las veces que hemos vivido errantes, como Caín, nuestros días no son contabilizados.

Por eso muchos no pueden recibir alimento sólido, pues son como niños. Debiendo ser maduros, han optado por vivir en el alma, en el mundo de los sentidos, en una infancia espiritual.

En días de incertidumbre como los que estamos viviendo en nuestra nación, es imperioso asirnos de este mensaje.

Los males mayores y más vergonzosos salen del corazón del hombre. Por eso, es decisivo orar como lo hacía Moisés: Señor, enséñanos a contar nuestros días para traer sabiduría al corazón.