Friday, February 29, 2008

misión, no potencial (introducción)

No puedes ser una promesa toda tu vida.
En algún momento, debes liberar el enorme potencial que Dios te sembró. Sin embargo, mientras sigas siendo potencial, nunca activarás misión.
El problema de mucha gente es que sigue siendo potencial toda su vida. Se parecen a esos jugadores de fútbol que prometían mucho de jóvenes, pero que nunca logran despegar. Nunca se convierten en lo que pudieron haber sido. Stephen R. Covey tiene una frase que a mí me gustó mucho cuando la leí: "No te amarres a tu historia; amárrate a tu potencial". Hoy me parece que es mejor decir: "No te amarres a tu potencial; amárrate a tu misión". No sé tú, pero yo creo que cada uno de nosotros vino con una misión a esta tierra; descubrirla y desarrollarla debe ser tu mayor desafío en la tierra.
Potencial es poder latente, fortaleza sin descubrir, talentos escondidos, capacidades encubiertas. Todo lo que tú puedes ser, pero no lo has sido aún; todo lo que tú puedes hacer, pero no lo has hecho ; todo lo que puedes alcanzar, pero no lo has alcanzado; todo lo que puedes lograr y no lo has logrado. Potencial es todo lo que eres, pero que aún no se ha manifestado. Sin duda, puedes concluir conmigo que eres mucho más de lo que estás manifestando.
La más grande tragedia de tu vida no es morir, sino nunca realizarte a tu máximo potencial.

El potencial debe ser liberado. Eso es misión. En la misión no tienes miedo a equivocarte, corres riesgos, te aventuras, haces lo correcto aun si sientes miedo. En la misión se sueña, no se fantasea; se piensa y se actúa, no tan solo se piensa; se alcanzan metas. La misión demanda enfoque, concentración.
Hoy puedes levantarte con tu potencial a cuestas o con tu misión por delante. El potencial puede llegar a ser un peso. La misión es energía que te mantiene en movimiento.

¿Cuál es el punto de partida? Sencillamente haz algo.
No seas un regalo sin abrir; un barco anclado luce muy bien en una postal, pero no fue diseñado para estar anclado, sino para navegar.

En la vida puedes ser un ancla o un motor. La función de un ancla es llevarte al fondo. La función de un motor es ponerte en movimiento.

Jonás fue un profeta al que Dios le asignó una misión. Sin embargo, se compró un pasaje para ir en la dirección contraria a la que señalaba Dios.
El pasaje tipifica tus recursos, habilidades, capacidades que gastas en algo que no es tu misión.
La pregunta pertinente es: ¿En qué estás gastando tu pasaje?
El mayor gasto de energía en este mundo es el potencial desperdiciado de las personas.
Jonás, una vez en el barco, se echó a dormir. Dormir tipifica la modorra espiritual y mental de aquellos que tienen una misión, pero prefieren huir de ella.
Jonás aprendió que puedes huir de tu misión, pero no de Dios. Una fuerte tempestad enviada por el creador puso en alerta a los marineros, quienes comenzaron a encomendarse cada uno a sus dioses. Entonces descubrieron que por causa de Jonás les había acontecido aquello. El mismo profeta les sugiere que lo arrojen al mar para calmar la tempestad.
La tercera enseñanza que podemos extraer de esta historia es esta: arroja a Jonás de tu barco.
Tu barco tipifica tu potencial. Jonás representa todo lo que ha impedido que tu potencial sea liberado, a saber malas actitudes, hábitos incorrectos, pensamientos negativos, paradigmas paralizantes. Tienes que deshacerte de todos los Jonás para que tu barco llegue a puerto.
Potencial desperdiciado es misión abortada. Potencial dormido es misión incumplida. Potencial dañado es misión en riesgo.
Arroja a Jonás de tu potencial.

El águila, en el tiempo en que sus crías deben volar, comienza a desarreglar el nido para crearles incomodidad. Sencillamente llega el momento de dar el siguiente paso: los aguiluchos deben aprender a volar. Sin embargo, a los aguiluchos les cuesta dejar la comodidad del nido. Entonces el águila se ve en la obligación de lanzarlos al vacío. Ella los recoge hasta dos veces para que no se estrellen. A la tercera vez, si no vuelan, los deja morir. Generalmente al tercer intento las pequeñas águilas descubren su potencial para volar y logran el éxito deseado. Esto ocurre porque no les queda otra opción.
De la misma forma, cada uno de nosotros nunca sabrá lo que es capaz de hacer hasta que no salga de la comodidad del nido y salte al vacío.
Puedes pensar que los aguiluchos lucen muy bien en el nido, pero no fue para eso que fueron diseñados. El asunto es cuestión de prioridades: o el nido o las alturas.
Potencial es nido; misión es alturas.
Tú no fuiste diseñado para la seguridad del nido. En las alturas están todos los riesgos, pero ahí es donde debes estar.

Se dice que existen tres tipos de personas, las pocas que hacen que las cosas pasen, los muchos que ven pasar las cosas, y la gran mayoría quienes ni siquiera tienen idea de lo que está pasando. La gran diferencia radica en que unos miran y otros ven. La visión precede a la misión.
¿Qué ve el ojo común en la roca? Sólo roca. ¿Qué ve el escultor? Potencial. ¿Qué hace que el potencial se convierta en escultura? Trabajo. Una de las definiciones hebreas para trabajo es llegar a ser, llegar a ser aquello para lo que fuiste diseñado. La diferencia entre trabajo y empleo es que empleo te da un salario, pero trabaja libera tu potencial. Trabajo es lo que convierte el potencial en misión.

¿Te imaginas un blanco al que le apuntas toda tu vida, pero nunca le disparas? Apuntar es potencial; disparar es misión.
Un avión tiene que despegar antes que se le acabe la pista. Tu tiempo es limitado en esta tierra. Es tiempo de despegar.